Señor D. Joseph Ratzinger o Benedicto XVI:
Me dirijo a usted con motivo de su visita a España. Visita que se va a celebrar recientemente y que le servirá no sólo a usted para reforzar la fé cristiana en un país que avanza hacia el laicismo como España sino también a los "laicistas" para avanzar en la reivindicación de una Europa y una España en las que las creencias religiosas se practiquen en un clima de convivencia y armonía reduciendo el peso político de la institución que Vd preside.
En este sentido lo vemos como una oportunidad para enfrentar un futuro que va a plantear incluso más dilemas ético-morales que el pasado. En Europa, los viejos debates sobre el creacionismo, llegados de la mano del eminente Charles Darwin, han sido sustituídos por otras cuestiones o tópicos como la investigación en células madre o el aborto. Asuntos en los que la opinión, no sólo de usted, sino de todo el conglomerado de la iglesia son muy conservadores, demasiado, a mi juicio.
Otros viejos conflictos religiosos como la prohibición del uso del preservativo en África o la connivencia con pederastia siguen en el mismo punto que hace un siglo. Siguen siendo las grandes lacras y/o vergüenzas de la gran organización religiosa que usted dirige.
Estos problemas requieren soluciones acuciantes en las que debe colaborar muy activamente la Iglesia. Por ello me permito darle un listado de cuestiones a tratar que todavía no se han resuelto.
*La discriminación homófoba por parte de la Iglesia. Es bien sabido que la Institución históricamente ha rechazado al colectivo homosexual basándose en falsas evidencias procedentes de textos como la Biblia.
*El rechazo total al aborto y la eutanasia. Si bien es cierto que estas cuestiones son, cuanto no menos controvertidas, y que no merecen una resolución positiva en el 100% de los casos, no menos verdadero es que la I.C. está esgrimiendo mil trabas legales para que el porcentaje de casos en los que estos métodos son legales sea el 0%. Su postura en torno a este tema está anquilosada, y se basa en dogmas y prejuicios cuasi-míticos. Los problemas de los hombres no deben ser materia de los dioses, y mucho menos de los textos religiosos o sus supuestos representantes.
*El uso del preservativo en África. Su opinión al respecto es un hecho que empaña, sin duda, la gran labor que realizan las organizaciones cristianas en el "continente negro". El indoctrinamiento religioso y conservador está provocando en la población africana millones de muertes cada año por SIDA y otras enfermedades venéreas.
*El apoyo al conservadurismo y la derecha política. Jesús de Nazaret siempre predicó valores como la solidaridad o la igualdad. Conocido era de sobra por su apoyo a prostitutas y marginados, gente a la que nadie osaba acercarse, además de, según la propia Biblia, odiar el lujo, la ostentación y la riqueza, y creer a los hombres iguales. Como, siendo así, el pensamiento de la Iglesia puede ser tan "afín" a ideologías que pretenden restaurar la esclavitud y que no tienen complejos en autoerigirse defensoras de los privilegiados. En España, la Iglesia es una de las más politizadas del mundo, es una institución que, oficialmente pide el voto para partidos de extrema derecha, y cuyos postulados irrumpen en el programa de la derecha "moderada". Prueba de esto es el cambio de opinión del Partido Popular sobre la asignatura Educación para la Ciudadanía.
La investigación con células madre. Bajo el falaz pretexto del "apoyo a la vida" se censura la investigación con células madre, que podría traer una gran cantidad de beneficios a la salud pública de las futuras generaciones. Enfermedades como la Diabettes o el Cáncer podrían remitir con el simple conocimiento y manipulamiento de los genes afectados.
Hay decenas de cuestiones en general sobre las que me gustaría hablar pero no tengo tiempo más que para tratar cuatro. Podría rechazar absolutamente todo lo que digo o podría fijarse en las estadísticas de la I.C. en Europa, que dicen que su Institución pierde miles de creyentes cada año y, que los niveles de ateísmo y agnosticismo en Europa. Quizá en algunos países este descenso no es tan brusco, pero se sorprendería si viera la enorme cantidad de cristianos descontentos con la Iglesia en España y otras partes del globo.
La situación del conflicto religión-política va camino de hacerse muy grave como la Iglesia no acepte que el ser humano está destinado evolutivamente a hacer uso de las nuevas tecnologías.
Desconozco en absoluto si esta carta servirá de algo, aunque sea algo muy pequeño pero si se que soy partidario del diálogo y del debate. Por mi parte nada más que decir.
Sinceramente suyo:
Carlos M.
