Ahora, con 2010 agotando sus últimos cartuchos, encontramos un Zapatero desbordado por la situación y desesperado ante la gran crisis que afectará al PSOE después de la evidente derrota de la que será víctima en 2012. Hay quién vé el fin del politico norteño en la política.
Yo, ante todo, soy socialdemócrata Felipe González Márquez.
Cuando me plantee hacer una serie de entradas sobre las grandes mentiras mediáticas, quise que fueran universales, es decir, que fueran difundidas tanto por la derecha como por la izquierda.
En momentos como éste con la segunda peor crisis de la Historia y con movimientos incipientes para la construcción de un nuevo socialismo estas mentiras se multiplican llenando hojas y hojas en periódicos y publicaciones especializadas.
La crisis es una época de interrogantes, y gran parte de ellos afectan a la principal alternativa teórica al liberalismo que nos ha llevado a ella, la socialdemocracia.
¿Es la socialdemocracia socialdemócrata?
¿No estamos asistiendo a un revival de la alternancia caciquista del XIX?
¿Deben los grandes políticos socialdemócratas tener acciones en empresas?
¿Deberían recortar derechos sociales estos partidos?
La cuestión no es moco de pavo, sino el mayor dilema al que se enfrenta la política de masas. Existen o existían antes de que el capitalismo voraz se comiera una de ellas dos alternativas socialdemócratas.
Centro socioliberal, una ideología que mantiene el progresismo de la izquierda en asuntos "sociales" como el aborto o la homosexualidad, pero que privatiza casi al mismo ritmo que la derecha y recorta derechos sociales.
Izquierda, más variada, incluye la crítica al sistema social y religioso conservador pero dedica gran tiempo a las cuestiones económico-laborales. Se presenta en contra de los recortes en pensiones y funcionariado y del recorte de los derechos laborales, actitudes propias del centro y la derecha.
Durante sus primeros años (recordemos que fué la renovación parlamentaria de la tradición marxista) convivieron las dos tendencias respetándose. La primera predominó en EEUU, Inglaterra y en países donde el comunismo tenía poco peso. La segunda, en Europa occidental, donde el socialismo real amenazaba con convertirse en alternativa de peso. (recordemos el Sorpasso del PCI y los topes electorales del PCF).
¿Qué hacer? (ahora)
Desde la caída del comunismo leninista viene siendo frecuente la reconversión de los grandes partidos de la "izquierda" en fuerzas de centro socioliberal. Schroeder, Willy Brandt, Bill Clinton, Tony Blair, todos estos son buenos ejemplos de la "evolución" del socialismo.
Todos reniegan de la tradición marxista, se avergüenzan cada vez que mentan a Marx, privatizan, se muestran a favor del Plan Bolonia, reducen el gasto público y el estado del bienestar etc
En España nos ha tocado "en suerte" un presidente como Jose Luis Rodríguez Zapatero. Alguien que empezó esgrimiendo un discurso de izquierdas, que mantuvo hasta llegar al poder, pero con grandes contradicciones. No estoy por contar la de veces que ha dicho que es de izquierda y compararla con las demás veces, donde se insinuaba de centro. Pero si les contaré su enorme simpatía por la Third Way liberal de Tony Blair, la cual manifestó durante la campaña, cuando, cómo se ha recordado, esgrimía un discurso de izquierda.
Zapatero fué elegido en 2004 para poner fin a los grandes "desastres" de la política de Aznar, el apoyo a la guerra de Irak, las privatizaciones, los decretazos, el desencuentro entre gobierno y sindicatos, la política social.
Pero nada más lejos de la realidad. A parte de cuatro "brochazos progres" (Anguita dixit) para barnizar la fachada no se le ha visto intenciones reales de tomar las banderas de la izquierda. El matrimonio homosexual, el aborto son cuestiones minoritarias que no han conseguido arreglar el gran problema socio-económico-educativo que arrastra España desde tiempos casi inmemoriales.
El gobierno del presidente socialista ha estado marcado como ninguno por la crisis, esa crisis que se presumía nunca iba a llegar, y que nos ha traido Wall Street y la corrupción de la banca.
Todo empezó casi antes de 2009, cuando el gobierno negó absolutamente la posibilidad de crisis. El país se debatía entre dos extremos, los que negaban la futura recesión y los que hicieron sensacionalismo con ella.
Zapatero, entre los primeros, tiró de imaginación para obsequiarnos retruécanos como "desaceleración desacelerada" para intentar salir del paso cada vez que se le preguntaba por la debacle.
Se conservan aún grandes perlas de aquel tiempo que algún programa de televisión debería recordar.
Entrado 2009, cuando la crisis era innegable, el mandatario leonés, puso en práctica una serie de medidas ineficaces para salvaguardar la economía de quien menos lo necesita, el rico.
Fué especialmente popular la devolución de los 400 euros, a muchas familias de banqueros y grandes negociantes. Menos famosa pero casi igual de nefasta fueron las supresiones de Patrimonio, Sociedades y Beneficios Empresariales. Los impuestos que se cobraban exclusivamente a ricos y grandes empresas.
Ahora, con 2010 agotando sus últimos cartuchos, encontramos un Zapatero desbordado por la situación y desesperado ante la gran crisis que afectará al PSOE después de la evidente derrota de la que será víctima en 2012. Hay quién vé el fin del politico norteño en la política.
Sin grandes logros, aunque sin fracasos tan sonados y mediáticos como el Prestige o la Guerra, Zapatero ha pasado con más pena que gloria por la Moncloa. Ahora, es hombre muerto. (políticamente hablando) Ya hay carrera dentro del PSOE por hacerse con su puesto como secretario del partido.
Eso si... creo que nada cambiará... ¿o si?