El Lobo Estepario. Sólo para locos. No para cualquiera.
  La estepa cibernética y la juventud del lobo.
 

La estepa cibernética y la juventud del lobo.

Lunes, 06 de Septiembre de 2010 18:19

-Pero quizá en algunos aspectos este "mimo" es excesivo, sobre todo en el económico.

Ni siquiera los adolescentes ricos de hace 40 años soñaban con tener los lujos, si, está

bien escrito, lujos, de la "nueva clase media" como Ordenador personal, televisión satélite, armarios

(varios en casi todas las casas) llenos de ropa de marca, dentistas e incluso vehículos tales como

la moto (a partir de los 15) y/o el coche (a partir de los 20) propios y sin necesidad de compartirlos

con hermanos (aquí hay dinero para todo). Amen de las imprescindibles borracheras de Jueves a Domingo

financiadas (sin posibilidad de devolución monetaria) por "papá" y "mamá"-

 

Atención jóvenes autocomplacientes incapaces de soportar críticas absténganse de leer.

Son tiempos de crisis, muy señores míos, el dinero constituye, sin duda, la

mayor preocupación de los españoles. La pecunia no abunda y los problemas

personales también crecen comportándose como una variable directamente

relaccionada.

 

Todo esto constituye un círculo vicioso del que obtienen pingue rédito

los programas en los que la gente acude a contar sus miserias por billetes

preparados para utilizarse. De buena Ley, el diario de Patricia y, sobre todo,

el programa que viene al caso, y del que son afluentes todos los párrafos posteriores

se llena/llenan de pardillos con escasa formación académica dispuestos a

contar sus miserias por las sobras de lo que deja la recaudación en publicidad

durante las horas en que se emiten.

 

Ayer mismo topé con "El Juego de Tu Vida" que es como se llama el formato en

cuestión, emitido, si no considerare el lector información banal esto, en

la7.

 

Éste magazine, que no es que sea de mis favoritos pero no negaré que haya visto

más de una vez, me va a servir para, (nótese la coincidencia) ponerme sincero

y hablar sobre la juventud y la vida, como si fuera un escritor consolidado

de éstos que emite la2 de vez en cuando. Eso si, sin la experiencia ni el

don de palabra pertinentes. Si quería leer a Saramago, váyase a la hemeroteca

de "El País" y deje de perder el tiempo buscándolo en una paginucha de televisión.

 

A todo esto, he de contarles mi experiencia con el programa y su relacción con el

tema sobre el que me extenderé. El caso es que la primera pregunta del programa,

a parte de las protocolarias emitidas por la presentadora a los familiares, era

la siguiente. La recuerdo palabra por palabra:

 

¿Crees que eres una niña mimada?

 

Para curiosos, y antes de ir a la enjundia, confirmar que la respuesta era; Si.

Y el veredicto (nunca mejor dicho lo de veredicto) positivo.

 

Esta pregunta puso a prueba mi capacidad de introspección y me hizo reflexionar

un buen tiempo.

 

Después de pensarlo concluí, que prácticamente todos los jóvenes están mimados,

mimados por el sistema y por la "prosperidad". Es decir, que han tenido, otra

diferencia con sus padres, todo solucionado, y oportunidades para elegir, estudiar

trabajar o divertirse y hacer el vago.

 

Pero quizá en algunos aspectos este "mimo" es excesivo, sobre todo en el económico.

Ni siquiera los adolescentes ricos de hace 40 años soñaban con tener los lujos, si, está

bien escrito, lujos, de la "nueva clase media" como Ordenador personal, televisión satélite, armarios

(varios en casi todas las casas) llenos de ropa de marca, dentistas e incluso vehículos tales como

la moto (a partir de los 15) y/o el coche (a partir de los 20) propios y sin necesidad de compartirlos

con hermanos (aquí hay dinero para todo). Amen de las imprescindibles borracheras de Jueves a Domingo

financiadas (sin posibilidad de devolución monetaria) por "papá" y "mamá"

 

 

 

 

La juventud ha perdido todos los valores. La cadena de principios bien transmitidos de generación

en generación se ha salido de la bicicleta y necesita a alguien que la engrase.

 

Los muchachos de mi generación, últimos eslabones, se encuentran desorientados y sin nadie

que les eduque o les aconseje. Son, por lo general (manda huevos que tenga que utilizar estas coletillas

pero si no voy a recibir una hilera de comentarios insultándome, ya nos conocemos y sé que usted es de

los que se le va la fuerza por la.. tecla) A lo que iba, son juerguistas, ociosos, maleducados, clasistas

discriminadores, consumistas y, porque no decirlo, grandes capitalistas.

 

Atrás queda esa juventud bohemia y rebelde de los 60 que luchaba por sus ideales, ha sido sustituída

poco a poco por una generación marca acme, americanizada, y, a la que tanta basura "made in macdonalds"

debe haber afectado a su conciencia moral.

 

Los grupos hippies que vivían en comunas autogestionadas han sido mutados por anarcoides de diseño

y hojalata que no saben ni quién eran MalcolmX o Gandhi. Sírvame esta "metáfora" para hacer entender

al lector esa pérdida de espíritu y personalidad.

 

Y esto, muy señores míos, no es reforzar los "tópicos" y "estigmas" que arrastra la juventud, como

apuntan ciertos psicólogos ultramodernos megaoptimistas y "megaguays". Quede lejos de mi intención

la crítica destructiva y banal, no obstante, me parece que estamos perdiendo los principios de

realidad entre tanta información mediática.

 

Creo que la verdad precisa de frialdad, cálculo y estadística, porque son los ladrillos y el cemento

sobre los que se sustenta el edificio de la lógica. Y esto ya se sabía desde Aristóteles, aunque

se perdiera en la Edad Media.

 

Lo que pretendo decir es que no se soluciona nada "pensando bien" de la gente, ni todos somos "esencialmente

buenos", ni tenemos asumidos necesariamente los valores básicos para la convivencia. "Piensa mal y acertarás...."

Aunque la pequeña filosofía del refranero no siempre adivine el futuro, siguiendo esta pauta, usted

querido lector, puede acercarse bastante a la verdad.

 

Tras ésta crítica que todos los formuleros, como buenos receptores de la misma, no sabréis aceptar (yo la

acepté ya hace mucho) quisiera hablaros de como afronto yo mi juventud.

 

Para empezar, no me gustan ni los jóvenes ni la juventud como etapa, me veo inextricablemente encerrado

en ella, pero sueño constantemente con crecer.

 

Crecer para encontrar mi sitio en el mundo, crecer para poder conversar de tú a tú con gente de cultura, o

que por lo menos haya desarrollado como es debido el lóbulo frontal, crecer para tomar las riendas de mi

vida, para independizarme, para viajar, para conocer mundo, para salir de la pobreza y la monotonía

y para tantas otras cosas.

 

No entiendo a los nostálgicos, no sé que le ven a esta etapa de la vida. Personalmente yo viví la

primera etapa de mi adolescencia como un calvario y la segunda como un constante aburrimiento.

 

Abandonada la adolescencia me encuentro ya harto de la vida, soy un jóven perro viejo, con mucha vida por delante, como dice el tópico familiar, pero que se cuestiona frecuentemente si debe seguir haciéndolo.

 

No comprendo como puede existir tanta gente encerrada en la ciudad. Sin nada que les ilusione, aún así, a veces me veo como uno de ellos. Me pongo en la piel de un oficinista o de un redactor de crónicas que no salga de su patria chica y que trabaje por ordenador, recibiendo información. El futuro me deprime por

su parecido con el presente. Parezco destinado por la Providencia a ser un solitario lobo estepario en la

estepa cibernética, pasando de ciber-antro en ciber-antro buscando modernas quimeras en un mundo deshumanizado como el amor o la compañía.

 

Parece que cada palabra me acercara más y más a la gente que me lee. Es como si dependiera de esta siniestra

compañía diurnicida que me proporciona mi ridículamente lenta conexión a Internet y que se traduce en comentarios

y visitas.

 

Y ahora es cuando llegan las críticas por mi existencialista, pesimista y melancólico retrato de la juventud.

Los descontentos con esta parte del escrito pueden irse por donde han entrado, siendo lo más educado que se puede ser en estos casos, pero para los que argumenten sobre la utilidad (o futilidad) del texto presente tengo preparado algo;

 

Verán, yo me lo tomo como una forma de desahogarme y como un entretenimiento. Además, me ayuda a no sentirme sólo y no cobra por ello. La lectura y la escritura, blogs mediante, me ayuda más que el psicólogo que me trata y gasta mucho menos.

 

Me parece, nada más ni nada menos, una psicoterapia. Porque, no se engañe, en el fondo, tenga o no diwán en casa,

no hay mejor psicoanalista para usted, que usted mismo.

 

PD: Gracias por leer la parrafada entera, no sé como recompensarle. Ya lo tengo; el próximo artículo será mejor que éste, prometido.

 

PD2: Serán bien recibidos los comentarios sin insultos y que no hablen de casos particulares. Todos conocemos, a alguien que estudia y trabaja a la vez, pero la matemática rara vez trata las excepciones, y me parece una ciencia demasiado seria como para llevarla la contraria

 

PD3: Lo siento por los que se han metido a ver sólo las imágenes, pero me parecía un artículo demasiado "en serio" para llenarlo de fotos. Damnificados les remito al foro del TíoPak, donde podrán encontrar unas imágenes de bellas mujeres con las que entretener sus pueriles mentes un rato.

 

PD4: Es broma TíoPak, sabes que somos colegas.

 
   
 
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