La sostresmanía. La provocación como elemento del espectáculo.
La sostresmanía. La provocación como elemento del espectáculo.
Jueves, 18 de Noviembre de 2010 14:12
"Ahora se ha puesto de moda que los famosos emulen al pionero en la vituperación ventiunesca, Risto Mejide. El basurero de Operación Triunfo en su etapa "telecinco" ha dejado una estela muy poco digna de ser recuperada pero muy popular."
En este trillado y tedioso mundo de los rayos catódicos si no polemizas, si no insultas, si no te cagas en todos los muertos más frescos de cualquier personaje de relevancia social, en cualquier raza, en cualquier colectivo o en cualquier grupo, no existes.
Ahora se ha puesto de moda que los famosos emulen al pionero en la vituperación ventiunesca, Risto Mejide. El basurero de Operación Triunfo en su etapa "telecinco" ha dejado una estela muy poco digna de ser recuperada pero muy popular.
Los realities demuestran cada día como las tensiones, las peleas, los insultos y las censuras públicas pueden desatar los instintos más morbosos de la condición humana y poner delante del televisor a 4 ó 5 millones de españoles.
La concordia no vende, 59 segundos está de capa caída, la2 parece haber colgado el cartel de "se vende" a la espera de la victoria del oportunismo popular en las próximas elecciones.
Ahora más que nunca la buena televisión, la televisión ética, la televisión legítima va camino del cese de negocio. En cambio, la polémica, parece resucitar a un ritmo sobrehumano.
Las últimas declaraciones de Sanchez Dragó, degradando la figura de la mujer y las ahora famosas de Salvador sostres, en las que, además de sumarse a la misoginia del "filósofo", muestra mala educación, racismo, y clasismo en una exhibición de indecencia parecen ser ya vox populi, y sin tener ningún mérito ni ser relevantes en ningún sentido.
No estoy por recordar todo lo que dijo. En lugar de eso, dejaré que hable por mi un vídeo.
Los políticos (ciudadanos) son presos de sus palabras, además de tener que rendir cuentas de todas y cada una de las frases por las que son responsables.
No obstante, para los directores de medios privados (pecuniarios) no parece ser así las cosas, pues prefieren el número de diarios vendidos o de espectadores estúpidos y amargados que se divierten viendo este tipo de basura que su honradez o incluso, que su estima popular.
Porque ya se saben, tiran más dos tetas que dos carretas, y, a falta de una legislación que permita el erotismo a ciertas horas, de otros "pechos" hay que mamar, hoy le ha tocado a la polémica, y al insulto gratuito, mañana, probablemente, a la violencia y las peleas.
Este mundillo (el periodismo) resulta ilimitadamente bochornoso y puede serlo aún más, debido, en gran parte, a la miserable condición humana, esclava de las modas comerciales y adicta al sufrimiento.
No se hace uno famoso predicando la paz mundial, bien lo saben hombres como Vicente Ferrer.
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El rincón del bohemio, del lector, del friki y de todos los que no encuentren sitio en esta sociedad.