"La televisión suele utilizar la demagogia y el sensacionalismo para exigir subliminalmente a su audiencia que se movilice por un endurecimiento de la ley del menor, indoctrinándola de forma bochornosa. Otra cosa es que no todo sea justo en cuanto a menores se refiere. Pero resulta una clara brutalidad condenar, por ejemplo, a muerte a alguien menor de 18 años, como quiere hacer EEUU y como parecen pedir los vertederos-carnicerías sensacionalistas."
La sociedad actual, capitalista, deshumanizada, desboradada por problemas como la crisis o la inmigración, sobre todo la ilegal es un caldo de cultivo para actitudes violentas o delictivas. El ínfimo nivel educativo que presenta la educación obligatoria en los centros es otro factor que alimenta la criminalidad entre los más jóvenes.
La delincuencia entre menores no sólo sucede sino que es cada vez más frecuente. Un porcentaje incipiente de los menores se dedica a robar o a agredir, los delitos más comunes entre la juventud.
El castigo depende, obviamente, del tipo de infracción cometida pudiendo variar entre una leve multa que se carga al tutor o servicios sociales hasta varios años de reclusión en un centro de menores.
Y en éste punto es cuando se presentan todos los interrogantes:
¿Es poco tiempo el que dictan las sentencias?
¿Deberíamos probar otros métodos para "integrar" a los delincuentes?
La televisión suele utilizar la demagogia y el sensacionalismo para exigir subliminalmente a su audiencia que se movilice por un endurecimiento de la ley del menor, indoctrinándola de forma bochornosa. Otra cosa es que no todo sea justo en cuanto a menores se refiere. Pero resulta una clara brutalidad condenar, por ejemplo, a muerte a alguien menor de 18 años, como quiere hacer EEUU y como parecen pedir los vertederos-carnicerías sensacionalistas.
Dejando atrás éste tema, con interés suficiente para hacer un artículo, me gustaría tratar el tema al que se dedica el documental, el tratamiento de los adolescentes problemáticos en España.
El informe se presenta como una sucesión de casos declarando y contando su versión, las imágenes de las "prisiones" escasean debido a la no consecución de permisos para grabar allí. Los ayuntamientos, conscientes de la situación que allí se vive, niegan la entrada a cualquier reportero.
La música, ora instrumental, ora hip hop, acompaña al reportaje entre entrevista y entrevista.
Empiezo hablando de los dirigentes de las empresas que comandan estos centros de reclusión.
Su versión, es la de que dentro de sus centros no se comete nunca la tortura, afirman además, que sus empleados son grandes profesionales.
Empresas? Se estará preguntando. Si, empresas, corporaciones, que, debido, a la tacañería y el cohecho de los ayuntamientos gestionan estos centros. Empresas, además, de seguridad, es decir, que los que cuidan a los alumnos no son monitores ocupacionales o terapeutas sino seguratas. Antes de profundizar en ésto me gustaría dar la versión de los reclusos.
Aseguran que dentro de sus centros se tortura y describen las vejaciones de las que son objeto, agresiones, castigo en una celda oscura 24 horas, ser atados a una cama, sin comer durante 3 días. Es decir, las mismas penas que aplicaba el FBI para obtener declaraciones y chivatazos. La brutalidad llevada al extremo.
Algunas podrían ser mentira, pero no lo será tanto cuando Amnistía Internacional ha fijado su punto de mira en todos estos centros.
Interviene también el Defensor del Menor, que se muestra muy crítico con las organizaciones encargadas de la gestión de los centros penitenciarios, a las que acusa de no ser "sin ánimo de lucro" como predican, sino "sinónimo de lucro".
Por último, declara una madre que ha "perdido" a su hijo en uno de estos centros. Murió ahorcado tras sufrir maltrato de los vigilantes de seguridad.
En definitiva, este es un documental informativo que muestra lo que son los centros de menores y las violaciones de los derechos humanos de las que son objeto. Un gran trabajo que ha acudido a todos los sitios que están "metidos en el ajo" y que ha entrevistado a más de una docena de personas. Yo me fío de lo que dice.