"En los videoclubs podemos elegir entre miles de películas, en las tiendas de videojuegos abundan los títulos y, por tanto, las posibilidades de amargarte una tarde entera escogiendo, y, en televisión, es obvio, los programas y las cadenas."
Hace cuatro años en psicología económica y en las ciencias relaccionadas con el Marketing se acuñó un nuevo concepto para aludir a algo que, en plena sociedad del consumo se hacía más que evidente, "la paradoja de la elección".
El doctor Barry Schwartz teorizó sobre éste fenómeno económico-social en su libro "Why more is less?" estudiándolo y analizándolo a fondo, pues de sus triunfos en la investigación dependía en gran manera el éxito de los negocios en general y de la forma en la que se orientaría la economía de consumo en el futuro.
Schwartz descubrió que en el consumidor se produce, nuevo concepto, introducido también por él, la "parálisis de decisión". Es decir que, saturado por miles de ofertas entre las que escoger, el acto de comprar se convierte en algo aburrido e incluso desagradable y el receptor abandona la compra.
En los videoclubs podemos elegir entre miles de películas, en las tiendas de videojuegos abundan los títulos y, por tanto, las posibilidades de amargarte una tarde entera escogiendo, y, en televisión, es obvio, los programas y las cadenas.
La oferta de la TDT va camino de hacerse infinita, además de crecer, la popularidad de las plataformas televisivas de pago, ya fueren de satélite, o de cable.
Decenas de cadenas se ofrecen a llegar incluso gratis al espectador, pero, eso si, al alto precio de soportar largos minutos de publicidad cada 20 minutos. Un universo de posibilidades se abre ante el teleaficionado, quien tiene el poder, de fulminar o perpetuar una determinada oferta.
Pero, ¿es más feliz el televidente con casi una treintena de canales o más de cien en plataformas de pago que cuando sólo existía la pública? ¿No estamos asistiendo a la reproducción de éste complejo fenómeno propio de las sociedades occidentales? ¿Son viables económicamente los nuevos canales?
Decenas de interrogantes saltan a nuestra mente cuando hablamos de éstos temas. Pero no podríamos entender ninguno si no nos diéramos una vuelta por los lares de nuestra gran amiga, la ciencia estadística.
Según Cadena SER, el consumo de Televisión no sólo ha disminuído sino que ha alcanzado uno de los niveles más bajos de los últimos años, según otras noticias", ha subido, pero sólo dos minutos.
No obstante todas las afirmaciones que se dan al respecto son más bien pesimistas. El triple de canales, y el consumo, apenas ha repuntado, si es que lo ha hecho.
La posibilidad de no tener que elegir tanto y de ir con planes ya establecidos ha hecho de Internet la mayor fuente de ocio entre los jóvenes. La televisión, por muy diversificada que esté, parece en seria decadencia.
También le podemos achacar la "debacle" a la escasa calidad de las cadenas, tanto nuevas como antiguas. Las cadenas se han triplicado pero los programas siendo del mismo tipo, talk shows, magacines, series de baja calidad, telediarios...
Nunca la televisión ha aburrido tanto al espectador, ahí están los datos para confirmarlo. La teletienda no es emocionante, tampoco las reposiciones levantan pasiones entre el público.
No sé si tenemos la televisión que merecemos o la que nos mandan ver, soy más partidario de lo primero no obstante, pero, si, que, aunque hubiera doscientas cadenas gratuítas en abierto no subiría el consumo de televisión. El aparato catódico se ha convertido en un vicio rutinario que, lejos de entretener, no consigue ni llamar la atención del hastiado espectador.