"Las dificultades del futuro pasan necesariamente por una reestructuración o eliminación completa del sistema capitalista, por una reconstrucción de nuestro modelo energético, por un movimiento ciudadano que busque la revolución y la justicia social y por muchas otras cosas que no se consiguen sentado ante el estúpido aparato catódico. Porque la revolución no será televisada, ni se producirá si es cosa de unos cuantos "concienciados" que vengan a salvarnos el culo."
Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida. Woody Allen.
Ahora en tiempos de crisis nos convertimos en grandes campeones de la queja. Somos grandes complañidores, grandes pesimistas. La cultura de Nietzsche y Schopenhauer ha calado muy hondo en la sociedad. Nos desayunamos con la crisis, comemos con las críticas al gobierno, y cenamos con una buena ración de nada puede cambiar.
Y eso está bien para algunas cosas, pero teniendo en cuenta lo que nos espera, creo que deberíamos reservar tanto discurso nihilista para más adelante.
El futuro no "llegará" sino que ha llegado, y sus consecuencias, que son más bien consecuencias de nuestra ineptitud y falta de trato han venido para instalarse.
Los problemas que antes se veían futuristas y lejanos ya son grandes realidades a las que nos debemos enfrentar, y, ante, las que, sin embargo, ponemos mil subterfugios.
Las dificultades del futuro pasan necesariamente por una reestructuración o eliminación completa del sistema capitalista, por una reconstrucción de nuestro modelo energético, por un movimiento ciudadano que busque la revolución y la justicia social y por muchas otras cosas que no se consiguen sentado ante el estúpido aparato catódico. Porque la revolución no será televisada, ni se producirá si es cosa de unos cuantos "concienciados" que vengan a salvarnos el culo.
Porque en 1789 o en 1917 no fueron cuatro bohemios utópicos los que salvaron sus naciones sino muchedumbres enteras formadas por millones de personas las que cogieron las armas y se auto-defendieron. Porque no hay sociedad más injusta y primitiva que la que no tiene derecho a la revolución.
Ahora mismo lo que nos toca nos parece muy malo, pero no suficiente como para hacer algo, pero el futuro puede ser mucho peor. No hay mejor manera de explicarme que hablando del medio ambiente y los recursos naturales que van a ser los que causen todos los "nuevos problemas".
Las reservas de petróleo y la sustitución del "oro negro" por combustibles renovables serán las grandes preocupaciones del futuro. Nuestra dependencia del crudo ha llegado a niveles escandalosos para colocarse en la cima de la Historia, la cual casi se dobla cada año. Los expertos ponen 2030 como fecha límite para éste recurso. No es que vaya a desaparecer en dos décadas pero los costes se harán tan elevados que se hará más que acuciante la necesidad de sustituirlo.
Sin petróleo, los precios se doblarán (lo menos) debido a los grandes costes de las nuevas energías y los nuevos materiales. El plástico barato desaparecerá y nos veremos en una nueva "edad de los metales".
Pero la gran consecuencia de esta hecatombe serán los cambios socioeconómicos. En una sociedad tiranizada por el peor capitalismo que existe, el neoliberalismo, los paganos de los cambios estructurales y materiales serán los pobres, los cuales aumentarán hasta llegar a cifras alarmantes. Y los de España por lo menos comerán, aunque sea dos o tres veces al día. En el tercer mundo ya se preparan para lo que puede ser la peor hambruna conocida, con una magnitud muy superior a la de la criticada China maoista o la URSS de Stalin.
En lo político, al convertirse el dinero en un bien aún más preciado la corrupción se disparará y las guerras serán moneda común de relacción entre muchos países del mundo. Los problemas socioeconómicos encontrarán "soluciones" como la bajada de las pensiones que contrasta con el crecimiento del PIB, los recortes sociales, las 65 horas.
La Unión Europea lo tiene claro, que pagen las clases medias, y sobre todo, los pobres. El envejecimiento y la mala fé de los tiranos que nos gobiernan acabarán con las garantías sociales, quebrantando la constitución y convirtiendo a todos los países en férreas dictaduras al servicio del poder imperialista estadounidense (o chino en el caso de Asia).
Podría extenderme y hablar de más problemas, pero no tengo mucho tiempo y creo que lo voy a dejar por hoy. Sepa que los problemas de hoy en día no son nada comparados con los del siglo XIX ni con lo que será su reminiscencia la segunda parte del siglo XXI. Muchas culturas pronostican el fin del mundo para una fecha relativamente cercana a la nuestra y de no cambiar la situación no tendremos más que darles la razón.