El Lobo Estepario. Sólo para locos. No para cualquiera.
  Telebasura. La anti-televisión
 

Desde hace bastantes años, casi simultáneamente a la irrupción de las cadenas privadas, viene siendo habitual la emisión de cierto tipo de programas que constituyen por si solos un escarnio a la inteligencia del espectador, ya sea por su contenido abundante en sensacionalismo, su violencia innecesaria, o su humor grueso e hiriente con ciertos colectivos de la sociedad.

Nos referimos a ese estilo, a las antípodas de la buena televisión, a la telebasura. Hoy en día muchos de los programas que ocupan los espacios horarios de las cadenas pueden ser considerados por completo telebasura, o bien contienen cantidades incipientes de la misma. Y es que, muy señores míos, la anti-televisión es como una epidemia de gripe, que, acaba contagiando a casi todos los formatos, y para la cual, adivinen, no existe vacuna. El único método para atajarla es cortarla de raiz en cuanto se dé para que no se extienda.

 

Más de uno defiende este sub-estilo de televisión arguyendo que "no tiene nada malo" y califica como elitistas e hipócritas a las voces contrarias a esta sin razón. Pues bien, decir que los estudios sociológicos apuntan a que además de no aportar nada desde el punto de vista formativo/informativo contribuye a la incultura, al arraigamiento de creencias falsas, y a la carencia generalizada de autonomía moral. Y es que, el sensacionalismo con el que se tratan las noticias, principal problema cuando se habla de estos temas, además de atraer pingües beneficios consigue, a fuerza de repetición, crear miedos y fobias (es decir rechazo) a ciertos temas a los que es ridículo tener temor y contribuye a desviar la atención sobre los que son verdaderamente importantes.

 

La práctica totalidad de los infomagazines, muchos informativos, casi todos los programas de corazón, ciertos formatos en los que se exhibe violencia gratuita o machismo, parece que en lugar de formar, des-forman, en lugar de informar, des-informan, y en lugar de imbuir de valores, des-imbuyen. Filosóficamente soy partidario de que la personalidad y los atributos se forjan durante la infancia y de que la base genética de los "valores" y la moral es poco importante. Siendo así, parece fundamental elegir bien lo que "ven" los más pequeños, ya que tres horas diarias de anti-televisión, es decir de violencia, superstición, anti-valores no pueden ser positivas.

 

Afortunadamente la televisión pública está intentando eliminar este tipo de contenidos audiovisuales, las muchas críticas han obtenido al fin resultados, pero a parte de quejarse a quien es de menester, qué se puede hacer. Simplemente intentar alejarnos y alejar, por lo menos a los más pequeños de este tipo de televisión, parece poco, pero algo conseguiremos.

 

 

 

 
   
 
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